Desde hace varios miles de años, los lamas del Tíbet fabrican y utilizan unos cuencos muy especiales, conocidos como cuencos tibetanos. Se fabrican siguiendo la aleación de siete metales, cada uno de los cuales simboliza un determinado planeta de nuestra galaxia: oro (Sol), plata (Luna), mercurio (Mercurio), hierro (Marte), plomo (Saturno), estaño (Júpiter) y cobre (Venus).
La historia de los cuencos tibetanos
Aunque el origen de estos cuencos no está del todo claro, la teoría más extendida cuenta que fue hace 2.400 años, en la época de Buda Guatama. En aquel entonces, los cuencos eran muy utilizados en distintas zonas del Himalaya. Sus funciones eran principalmente tres. Por un lado, servir a modo de recipiente culinario. Por otro lado, servir como recipiente en rituales de sacrificio de animales. Además, servir como ofrenda a los Dioses. Y, por último, servir como instrumento musical para amenizar las veladas sociales.
En sus inicios, los cuencos se fabricaban de manera totalmente artesanal con oro, plata, bronce, zinc, níquel, hierro y antimonio. A día de hoy, los cuencos tibetanos originales se fabrican principalmente en cuatro países: Bután, India, Nepal y Tíbet.
La elaboración de los cuencos tibetanos es muy compleja. Los artesanos deben tener en cuenta los cuatro elementos: Agua, Tierra, Aire y Fuego. La calidad del sonido producida por la baqueta depende en gran medida de la magia que se cree entre el cuenco y el alma de la persona.
¿Cuáles son los beneficios de los cuencos tibetanos?
Son unos cuencos metálicos con grandes propiedades tanto para el cuerpo como para el alma; ayudan a que la mente entre en un profundo estado de relajación y bienestar a la vez que calman diversas dolencias del cuerpo.
Para conseguir que los cuentos tibetanos tengan los beneficios deseados, los lamas los golpean y los frotan con una baqueta de madera que es muy similar a la que se utiliza en occidente con el mortero. El verdadero encanto de estos cuencos son los sonidos que producen, todo los cuales guardan una relación de armonía exquisita entre ellos y permiten que el cuerpo y el alma entren en una nueva dimensión. Los sonidos varían en función del uso que se haga de la baqueta, así como de los propios cuencos ya que los hay de diferentes formas y espesores.
Desde hace varios años, los cuencos tibetanos vienen siendo cada vez más populares en Occidente. Son muchas las personas que han conocido sus beneficios para el alma y los utilizan para reducir el estrés e plena armonía y para alcanzar el mayor bienestar tanto a nivel físico como mental.
Por lo tanto, si quieres dirigir tu vida hacia un estado de bienestar y felicidad plena, sin estrés y preocupaciones, un cuenco tibetano es un elemento que debes tener. Aprendiendo a utilizarlo correctamente te ayudará a meditar y dar un giro de 180º a tu vida; te sentirás muchísimo mejor contigo mismo y con los demás.